¿Qué hacer si mi móvil se moja? Guía de primeros auxilios
Es una de esas situaciones que hielan la sangre: un segundo de descuido y tu móvil acaba en la piscina, en el fregadero o, peor aún, en el inodoro. El pánico inicial es totalmente normal, pero lo que hagas en los próximos minutos será decisivo. Antes de darlo por perdido, respira hondo. En esta guía te explicamos paso a paso cómo actuar para darle a tu dispositivo la mejor oportunidad de sobrevivir.
Lo que NO debes hacer si tu móvil se moja
Cuando un teléfono entra en contacto con el agua, nuestro primer impulso puede ser el peor enemigo. La prisa y los mitos populares pueden causar daños irreparables. Para evitarlo, hemos preparado una lista con las acciones que debes evitar a toda costa.
No lo enciendas para «comprobar si funciona»
No lo enciendas. La tentación de pulsar el botón de encendido para ver si todo está bien es enorme. ¡Resístela! Si el móvil se apagó al mojarse, déjalo así. Si seguía encendido, apágalo de inmediato. El agua y los circuitos eléctricos activos son una combinación fatal que casi siempre acaba en un cortocircuito. Forzar el arranque es como jugar a la ruleta rusa con la placa base de tu teléfono.
No lo conectes a la corriente
Bajo ningún concepto intentes cargarlo. No lo conectes a la corriente, ya que es la forma más rápida de provocar un cortocircuito y dañar permanentemente la batería, el puerto de carga y otros componentes vitales. Primero hay que asegurar que esté completamente seco por dentro, y eso lleva tiempo.
No uses un secador de pelo ni otras fuentes de calor
No uses un secador de pelo o cualquier otra fuente de calor directa. Poner el móvil al sol o acercarlo a un radiador parece una solución lógica, pero es contraproducente. El calor excesivo puede dañar las delicadas soldaduras de los componentes internos, deformar la pantalla y derretir los adhesivos que mantienen el dispositivo sellado.
No lo agites ni le des golpes
No lo agites con fuerza para expulsar el agua. Este movimiento puede parecer una buena idea, pero en realidad solo consigues que el líquido se extienda aún más por el interior. Cada sacudida ayuda al agua a alcanzar rincones que quizás estaban secos, aumentando el área de posible corrosión y daño.
Pasos a seguir para intentar salvar tu móvil mojado
Ahora que sabemos lo que no hay que hacer, centrémonos en el plan de acción. Actuar con rapidez y método es clave. Sigue estos pasos para minimizar los daños y aumentar las probabilidades de recuperación.
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Apágalo y saca todo lo extraíble: Como ya hemos mencionado, si no se ha apagado solo, hazlo tú de inmediato. A continuación, retira todo lo que puedas: la tarjeta SIM, la tarjeta de memoria y, si tu modelo lo permite (aunque es cada vez menos común), la batería.
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Seca el exterior con cuidado: Utiliza un paño suave y absorbente, como uno de microfibra, para secar con delicadeza toda la superficie del teléfono. Presta especial atención a los puertos, botones y ranuras para absorber la mayor cantidad de humedad posible.
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Usa aire frío o aspiración (con precaución): Si tienes una aspiradora de mano o un bote de aire comprimido, puedes usarlos con mucho cuidado. Desde una distancia prudencial, aspira el agua de los puertos o usa el aire comprimido para expulsarla. Hazlo con pasadas cortas y sin dirigir el chorro con demasiada presión.
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Déjalo secar en un lugar adecuado: El último paso es la paciencia. Coloca el móvil en un lugar seco y ventilado, apoyado en vertical para que la gravedad ayude a drenar el líquido. Déjalo reposar durante al menos 48-72 horas. Este es el tiempo mínimo necesario para que la humedad interna se evapore.
A continuación, te ofrecemos un resumen rápido de las acciones clave a tomar y evitar.
Resumen de Actuaciones Inmediatas
Acciones a Evitar (NO HACER) | Acciones Recomendadas (SÍ HACER) |
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Encenderlo para comprobar si funciona. | Apagarlo inmediatamente si sigue encendido. |
Conectarlo a la corriente o cargarlo. | Retirar SIM, tarjeta de memoria y batería (si es posible). |
Aplicar calor con un secador o al sol. | Secar el exterior con un paño suave y absorbente. |
Agitarlo o darle golpes para sacar el agua. | Dejarlo secar en un lugar ventilado durante 48-72 horas. |
El mito del arroz: ¿funciona de verdad?
Seguro que has oído mil veces el consejo de meter el móvil mojado en un bol de arroz. Es uno de los mitos tecnológicos más extendidos, pero la realidad es que su eficacia es muy limitada. El arroz tiene cierta capacidad de absorción, pero es muy inferior a la de otros productos diseñados para ello, como las bolsas de gel de sílice.
Además, el almidón y el polvo de los granos pueden colarse por los puertos y el interior del teléfono, creando una pasta pegajosa que puede agravar el problema. Nuestra recomendación es clara: olvídate del arroz y opta por un secado al aire o, si tienes, por desecantes.
¿No funciona? Cuándo acudir a un servicio técnico
Has seguido todos los pasos, has tenido paciencia durante 72 horas y, al intentar encender tu móvil, la pantalla sigue en negro o alguna función no responde. Este es el momento de buscar ayuda profesional. Un técnico cualificado puede abrir el dispositivo de forma segura, realizar una limpieza de los componentes con productos específicos y diagnosticar qué piezas pueden haberse dañado. Intentar repararlo por tu cuenta sin las herramientas y conocimientos adecuados suele terminar en un daño mayor.
Si tu dispositivo sigue fallando, en Mundo del Móvil te ayudamos con la reparación de forma rápida y profesional. Contamos con especialistas en daños por líquidos que evaluarán tu caso y te ofrecerán la mejor solución posible.
Conclusión
Que tu móvil se caiga al agua no siempre significa el fin. La clave está en actuar con rapidez, evitar los errores comunes como usar calor o intentar encenderlo, y seguir un proceso de secado paciente y metódico. Recuerda apagarlo, secarlo por fuera, retirar lo extraíble y dejarlo reposar en un lugar seco durante al menos 48 horas. Y si después de todo esto no revive, no dudes en acudir a un servicio técnico. La ayuda profesional puede marcar la diferencia entre recuperar tu teléfono o tener que comprar uno nuevo.